Martín García 2016
11° Encuentro de kayaks
Este es el
relato de una travesía, que por más veces que hayamos ido, siempre tiene cosas
nuevas, nuevas alternativas, condiciones de rio cambiantes y acontecimientos
fuera de lo común
Salimos
tempranito del CRNBE, con Clari en los dos Franky Greenlander, son las 05.30 y
damos comienzo a la navegación Paraná abajo.
PNA., durante la semana, había prometido la presencia
para los despachos en el Club a partir de las 06.00 hs, pero también manifestaron
que no era obligatorio la confección de los mismos, por lo que optamos por
salir temprano.
Por margen
derecha, fuera de canal, GPS prendido y a la escucha del VHF, escaneando
16, 68 y 72.
La visibilidad
es óptima, la luna llena deja su reflejo sobre el rio planchado y no se ve
ningún barco navegando, ni de subida ni de bajada.
A medida que
aclara nos vamos mas al medio, para aprovechar la fuerte corriente que nos
transporta a mas o menos 12 o 13 km/h.
Quedan atrás
los ruidos de los remolcadores de empuje amarrados en wanabani, queda atrás la
antena de Policía de Islas después del La Serna y estamos casi llegando al Km 57.
Por la radio
escucho que hay inconvenientes para los que están saliendo a esa hora del Club.
Parece que la Prefe
exige despacho a todos los palistas y hay que hacerlo en la dependencia, flor
de despelote será confeccionar mas de 100 despachos y pretender estar en el
agua al amanecer......
A medida que
avanzamos se pierde la escucha con la radio y Escobar, por lo tanto no sabemos
hasta la noche, cuando nos cuenten, que fue lo que pasó y retrasó a todo el
grupo.
Llegando al
canal El Sueco, nos recibe un amanecer espectacular, totalmente en calma y con
un sol rojo que sube por el horizonte, entre árboles y alguna pequeña capa de
nubes.
Enfilamos en
diagonal y nos metemos en el Aguaje sin nombre o falso Sueco, entre las islas
Nutria e isla Lucha. Hay un par de barcos fondeados y de uno de ellos emana un olorcito
a tostadas que da ganas de abordarlo y manguear un par para el desayuno.....
Por supuesto
que seguimos, bajamos la cabeza contenemos las ganas del pan con manteca y nos
metemos de lleno en los Bajos Del Temor. El rio esta muy bajo, en algunos
tramos tocamos con la pala abajo, no hay más de 40 o 50 cm, lo justo para pasar sin problemas. En estas
condiciones, es imposible para otro tipo de embarcación que no sea un kayak.
Tenemos la
boca del arroyo Diablito al frente y a la vista, a 7,5 kilómetros, a nuestro babor queda Punta Moran
y la boca de arroyo Diablo, muy a lo lejos se distinguen dos o tres kayaks que están
llegando al arroyo Diablo por la ruta de los palos. A estribor es todo agua,
agua tranquila casi planchada, con el reflejo de los edificios de Capital, muy
en el horizonte como levitando sobre la línea que separa el agua y el cielo. El
silencio es total solo el sonido de la palada y de vez en cuando algún avión
que despega de Aeroparque.
El monte que está
al frente es la boca del arroyo Diablito, es el último lugar con árboles, luego
más a la derecha todo es agua, parece estar cerca pero el GPS indica que faltan
todavía 3,5 km, a la velocidad que vamos
es media hora más de pala.
El
entretenimiento es buscar kayaks u otras embarcaciones en el horizonte, por el
momento solo los tres que ingresan al A. Diablo y un par de lanchas muy lejos
sobre la ruta de la Cacciola. Esas
lanchas de pescadores, parecen helicópteros volando bajo, se las ve separadas
del agua como si levitaran a causa de la distancia y lo espejado del Rio de la Plata.
Ingresamos al
Diablito, está un poco en contra, poca cosa, rápidamente llegamos al arroyo del
medio y un poco más adelante a la ranchada donde paramos a almorzar. Linda hora
para almorzar, son las 9.15 hs Hasta acá
tenemos 34 Km
y 3 hs 40 minutos de remo.
A las 9.45
estamos nuevamente en los botes, cruzamos el Miní y costeamos los juncos que
nos llevan a la desembocadura del Barquita, hay muy poca agua dos veces tuvimos
que bajar del bote y caminar unos 20 o 30 metros para poder
remar nuevamente, por suerte el agua es muy transparente y el fondo de arena se
ve muy bien, vamos viendo el dibujo parejito que deja la ola en el fondo para
distinguir alguna irregularidad dejada por la raya de rio que aletea y se
oculta .... por suerte no apareció ninguna.
En este tramo dimos alcance a dos kayaks que luego se retrasaron en la
varadura y los perdimos de vista. Muy atrás se veía un grupo numeroso, unos 10
o 12 botes que al ver que nos varamos se mandaron a la derecha, al medio de los
pozos del Barca Grande, el resultado final fue que cuando llegamos al Petrel
todavía no se veían, ni en el horizonte. Es sabido que el Barca Grande en ese
lugar baja a más de 3 o 4
km/h y frena a
cualquiera.
A propósito
seguimos navegando pegados al Boca falsa y luego hasta llegar al último montecito
de árboles antes de la curva que nos da vista al Barca Grande. De esa manera
nos aseguramos que no nos arrastre demasiado la corriente en el cruce hasta el
canal Petrel.
Ingresamos al
Petrel pegadito a los juncos de las islas Lucia y remamos lo más pegado posible
a la costa para evitar la corriente. A las 11.35 hs estamos en la punta norte
del canal Petrel, con M García a la vista y el rio tranquilo con muy poca ola. Apuntamos a
Timoteo ya que la corriente hace el
resto del trabajo. A nuestra derecha se ven varios kayaks acompañados por Prefectura
con moto de agua y semirrígido. A las 12.24 hs llegamos a la playita del CANE
fueron 51 km
en 7 horas con un promedio de 7
Km/h.
Sabíamos del pronóstico
por lo tanto apuramos todo lo posible el arribo para ganarle a la sudestada, el
WindGuru anunciaba viento fuerte a partir de las 14 hs.
Los grupos
chicos son mucho más rápidos que los numerosos, sabemos que la velocidad del
grupo es la velocidad del más lento y eso a veces atenta contra la seguridad, cuando son muchos, siempre hay algún
despistado que se olvida algo va despacito o para a cada rato.
Si bien no
podemos de ninguna manera culpar a la
Prefe por el retraso de los grupos en la salida en Escobar,
es bien sabido que si salían temprano, con el rio a favor como estaba, la mayoría
de los palistas no tendrían problemas con el
viento. Saliendo a las 6,30 de la mañana ya con luz de día, estarían
arribando a las 14.30 (tardando 8 hs) y no serían afectados por la sudestada.
Ya en la Isla la preocupación se centró
en las condiciones del Canal Buenos Aires. Arrancó a las 15 hs de jueves
aproximadamente, un viento cada vez más fuerte del SE
Se formaban olas muy grandes en el eje del
canal y había un montón de kayaks que trataban de llegar como pudieran....PNA asistiendo
con el semirrígido y la moto de agua, pero volcaron tantos que no daban abasto.
Con los prismáticos desde el muelle buscábamos
a los distintos grupos y siempre aparecían más y más en el horizonte. En
un momento dado el semirrígido quedo varado a 100 metros de la costa y
fueron los kayakistas más habilidosos, que ya habían llegado, pero aún estaban
en el agua, los que
tuvieron que
ayudar a empujar. Importantísimo el trabajo que tuvo que hacer la gente de
Prefectura, estaban con la ropa beige de calle y bajaron del gomón a empujarlo
para luego seguir rescatando botes, totalmente mojados y con viento de más de
25 nudos.
Era tal el
viento, que apoyando los prismáticos en
el muelle de cemento, se movían de tal
manera que no podía contar los botes que
formaban cada grupo en el canal, por momentos se veía algún bote volcado y la
lancha que iba en su ayuda, lo cargaba y arrimaba al muelle. Una sudestada
rara, el rio estaba muy bajo, no se podía navegar pegado a la costa a riesgo de
quedar varado, el agua comenzó a entrar muy fuerte con grandes olas y
arrastraba todo hacia Timoteo o directamente rumbo a Carmelo.
Como si fuera
poco, a las 17 hs aprox. desde un velero
piden ayuda por vuelco con hombre al
agua. Automáticamente ante la gravedad del asunto tanto el semirrígido como la
moto de agua desaparecieron de nuestra zona en ayuda del velerista, luego
supimos que no paso a mayores y la preocupación se centró en los palistas que
no pudieron cruzar y quedaron a mitad de camino en las islas Oyarvide.
Como sabemos
las Oyarvide con sudestada son solo agua juncos y pequeños árboles que
sobresalen del agua, no hay tierra firme, es imposible acampar a menos que
tengamos una hamaca o nos quedemos
arriba del bote, y si ya es de noche tampoco podemos volver, lo más cerca es
Boca Falsa pero de noche y con sudestada es muy peligroso, se forman grandes
olas en el Petrel y hay que cruzar el Barca Grande también con olas
importantes.
Noche muy
movida para los integrantes de PNA llega un palista de noche y manifiesta que
sus dos compañeros intentaron el cruce y los perdió de vista...y no llegaron.
Uno fue
rescatado por el helicóptero Dauphin PA-43
el día viernes a la mañana al norte de la Isla
y el otro, por suerte apareció en Carmelo, sobre la costa Uruguaya, llegó
nadando y sin el bote. Que importante que es tener chaleco....
Viernes a la
mañana el PA-43 sobrevolando todas las
islas aledañas, Oyarvide, Timoteo, Lucia etc.
El
guardacostas Mar del Plata GC-64 trae
combustible para reabastecer a los dos gomones y las otras dos lanchas tipo
Alucat más las motos de agua. El viento no cede sigue entre 20 y 30 nudos el
rio creció a más de 2.5 m sobre el cero y las olas salpican la parte
alta del muelle y el mirador.
Hacemos el
despacho en Prefectura con intención de salir mañana temprano (sábado) pero todo queda supeditado
al estado del Rio.
Sábado a las 06.00
de la mañana me acerco a la costa y sigue el viento, no está demasiado áspero
pero hay olas grandes en el medio, la
Prefe no nos deja salir hasta nuevo aviso. A las 08.00 se
autoriza la salida de un grupo, preparamos todo y a las 8.30 estamos remando rumbo al canal Buenos Aires,
Somos 4, Clari
el Chelo el Fletero y yo, todos en franky
Primero rumbo
al NO luego apuntamos a la parte norte del canal Petrel, nos separamos
totalmente del resto ya que todos se fueron rio abajo con la corriente, parecía
que apuntaban a la mitad de las oyarvide, nosotros manteníamos el rumbo clavado
en la boca norte del Petrel.
Las olas son
cada vez más grandes pero el franky va barrenando espectacularmente, realmente
disfruté el cruce. Nos quedamos todos juntos a no más de 20 o 30 metros bien a vista y
cada uno barrenaba cada ola como más le gustaba. Venían de popa eran altas de 1
a 1.5 metros, pero no rompían en algunas barrenadas quedo registrado en el
GPS 13 Km/h y eso que vamos en contra de la corriente
solo a favor del viento.
Llegamos al
Petrel sin novedad, al rato llegan los que salieron antes y vinieron por la
izquierda, escucho comentarios de varios vuelcos y veo botes sobre el
guardacostas. Luego por radio escucho que cerraron el puerto no sale más nadie.
Parece que
fuimos ratita de laboratorio, “Nos largaron
para ver cómo era el cruce...!!” después
se resuelve si sale el resto. Por lo visto la tanda que salió detrás
nuestro tuvo muchos problemas, los arrearon nuevamente a puerto y cerraron la
salida.
Ya en el Canal
Petrel la remada fue muy relajada, estaba casi planchado y bajaba como cinta
transportadora. Recorrimos los pozos del
Barca bien por el medio, para aprovechar la corriente y llegando al Miní se
puso movido nuevamente, incrementó la velocidad el viento y entramos a
barrenada pura. El franky como siempre se comporta en forma impecable con ola,
al tener el casco redondo no escora, sube y baja como una boyita y toma
velocidad en cada pendiente de la ola, ya con velocidad solo hay que apoyar la
pala de canto y hacer timón para que viaje derecho a más de 12 km/h durante 10 o 20
segundos, luego tomamos la ola que sigue y así llegamos al Diablito.
En este cruce
le sacamos un campo de ventaja a un
grupo de kayaks que venían adelante nuestro, se fueron a la derecha para
acortar camino y quedaron boyando en la ola a merced de la sudestada que los
manda a los juncos.
Lo conveniente en este caso fue pasarse un
poco de la entrada del Miní y luego doblar a la derecha y entrar con ola y
viento de popa, surfeando.
Recorrimos el
arroyo, estaba apenas en contra y salimos nuevamente a rio abierto. Estamos en
Bajos del Temor rumbo a Punta Moran con ola por la aleta y viento del SE de 12
a 13 nudos. La ola es muy corta vienen muy juntas se mezclan y forman pequeños
escarceos que molestan bastante y no sirven para barrenar, hay que bajar la
cabeza remar y callarse la boca.
En Punta Morán
se pone más movido, no son olas, es un movimiento de batido parece un
lavarropas, apuramos la palada para salir de ese lugar, es incómodo y cansa
bastante.
La técnica
consiste en viajar por arriba de los juncales, hay mucha agua y cuando la ola
llega al juncal se calma y vamos muy rápido, si salimos a la ola el bote se
cruza y hay que remar solo del lado izquierdo para meterlo en rumbo nuevamente,
por lo tanto a “pisar palitos” hasta llegar al Aguaje del Durazno.
Entramos al
Aguaje, el viento desaparece por completo, a nuestra derecha está completamente
tapado por camalotes, por lo tanto nos mandamos a la otra margen y así lo
remontamos hasta llegar al muelle donde siempre paramos a comer a la vuelta
Durante el
almuerzo se acoplan al grupo cuatro kayaks más, que no conocen el camino a
Escobar y quieren que los guiemos por lo menos hasta el Paraná.
Salimos los 8
palistas ya con la panza llena y con la parte más difícil resuelta, el Paraná
no es problema porque ya lo conocemos, en el entrenamos con sudestada y hasta
me animo a decir que está en la condición ideal para remontarlo con facilidad.
Entramos a la
izquierda por el Capitancito y luego de un par de curvitas estamos en el Paraná
de las Palmas a la altura del Km 56 tenemos que llegar al km 71.5 así que a
pegarse bien a la costa, bajar la cabeza y darle para adelante…..
Nuestros nuevos
cuatro compañeros no aguantaron el ritmo, en una paradita los esperamos y
expliqué como cruzar frente al Club, ya no se pueden perder y querían ir a un
ritmo más tranquilo.
Seguimos
remontando, vimos como un barco fondeaba y hacia la maniobra de tumbado (viene
de bajada y vira quedando de frente a la corriente con el ancla en el fondo)
Cuando pasamos por el La Serna, nos sacó a
babor (al medio) casi 50 metros, salía agua como de una represa. Por radio
escucho a los capitanes de barco que la bajante es muy violenta y deben fondear
para esperar marea nuevamente. El pronóstico anunciaba viento rotando al SO con
intensidad de 25 nudos y ráfagas de 35 nudos, cosa que nunca ocurrió. Llegando
al Km 69 bajo mucho la visibilidad desapareció el sol de frente y se instaló
una llovizna que anunciaba un cruce difícil. Pero así como vino se fue la
llovizna y cruzamos sin novedad y muy poca ola frente al Club a las 18,35 hs
Desembarco,
aviso a L5R de nuestro arribo por radio y a tomar unos mates con la gente que
estaba en el Club. Somos los primeros todavía no llegó nadie, una horita más
tarde llegaron los amigos de Necochea que habían compartido un tramo del
recorrido de vuelta con nosotros. A acomodar todo pegarse un baño y solo resta
llamar por teléfono a L5P para avisar del arribo ya que desde Escobar nunca les
avisan y después nos llaman por teléfono a la madrugada.
Como se puede
ver en este relato, si respetamos las condiciones meteorológicas cumplimos con
los tiempos programados y estamos con el entrenamiento físico y mental para la
travesía, no se presentan problemas. Es muy importante el estar en contacto con
el rio los días de viento y ola frente al Club, en grupo y con palistas
experimentados que nos den toda la confianza ante un vuelco, de esa manera
aprendemos a manjar situaciones complejas de viento de sudestada y cuando nos
toca sabemos bien que es y qué hacer. Vi palistas volcados en el Canal Buenos
Aires con el mismo tipo de ola que se forma en el Paraná cuando sopla del SE,
la famosa ola de contracorriente y eso solo se aprende si salimos de la “zona
de confort” y practicamos.