Pala Greenlander antideslizante…. Parece una contradicción,
ya que justamente la funcionalidad de esa pala, es la de poder deslizarse para las
distintas maniobras en el kayak .
El tema es que como debemos de dar un acabado de protección
a la madera para que no absorba agua, el brillo de esa protección hace que se patine involuntariamente en la
mano ante maniobras exigentes con viento y ola.
Varias veces me pasó, de querer apurar un poco la palada
para barrenar una ola y la pala se patinó involuntariamente dando una desagradable sensación
de desequilibrio.
Tengo tres palas de madera laminada, todas ellas construidas
por el artesano Mario Camerucci, todas ellas de exelente construcción pero algo
anchas en la punta de pala y con demasiado material en la raíz de pala.
Me tomé el atrevimiento de afinarlas, redondee todos los
cantos para hacerla más hidrodinámica y
faceté la zona de raíz de pala sin sacar resistencia a la flexión pero si
sacando peso.
La pala de las fotos originalmente estaba pesando 1090
gramos y luego del trabajo de rebajado y pintura quedo en 940 gramos.
La pintura consiste en dos manos de “Cetol” satinado color
natural, sin diluir y con un tiempo de secado de 24 horas entre manos. Luego
viene la parte antideslizante para el sector de agarre. Enmascaré con cinta de
pintor la zona contigua a la empuñadura
y apliqué una mano de “Cetol” sin diluir y abundante, dejé secar media hora y eché azúcar sobre la pintura fresca, bastante
azúcar y lo presioné suavemente con los dedos para que se clavé bien en la
pintura y quede pegado.
Dejé secar 48 hs y puse la pala debajo de la canilla de agua
tibia, el azúcar se disolvió y quedó la pintura con un acabado áspero, con
microporos que le dan un grip extraordinario y que no lastima las manos, por
ser esta una superficie “porosa” y no “arenosa” lo cual pelaría rápidamente los
dedos y las palmas.
Luego enmascaré nuevamente la pala con cinta de pintor y aplique
“epoxi” de dos componentes color blanco, también sin diluir a las puntas de
pala y los bordes de trabajo, ya que esa es la zona donde generalmente le pegamos
con ramas o arena del fondo, dañando la madera.
Luego de un par de días de secado, todo está listo para
probar…. Y realmente el resultado es muy satisfactorio, ya no se patina en
forma involuntaria, es más liviana, no cavita al tener un perfil mucho más hidrodinámico
y si le damos el ángulo de ingreso adecuado a la palada, trabaja como una
hélice y mantiene una velocidad en el kayak similar a la que se obtiene con una
pala tipo europea de cuchara cóncava.
Ya efectué dos salidas consecutivas con la pala modificada,
la primera fue de 37 km sin bajar del bote ni para comer… y la manos perfectas
sin ninguna ampolla. Realmente quedo muy bién.